Cada 6 de enero, en varios países de América Latina, Europa y otras partes del mundo, se celebra el Día de los Reyes Magos, festividad en la que se recuerda la adoración de la que fue objeto el niño Jesús por parte de los tres Reyes Magos, como signo del reconocimiento del mundo pagano de que Jesucristo es el rey y salvador de la humanidad.
De acuerdo a la tradición de la Iglesia, los tres Reyes Magos se llamaban Melchor, Gaspar y Baltasar. Se dicen que fueron tres visitantes extranjeros que, tras el nacimiento del niño Jesús, acudieron desde otros países para rendirle honores y entregarle obsequios de una gran riqueza simbólica como oro, mirra e incienso.Los reyes son relacionados como hombres poderosos, nobles y sabios, posiblemente monarcas de naciones del oriente al Mediterráneo, y que por su cultura y espiritualidad cultivaban su conocimiento del hombre y de la naturaleza esforzándose especialmente por mantener un contacto con Dios.
Por tradición, en algunos países los tres Reyes Magos forman parte del pesebre junto al niño Jesús, la Virgen María y San José.
Hasta el año 474, aproximadamente, los restos de los reyes estuvieron en Constantinopla, la capital cristiana más importante de Oriente. Posteriormente, fueron trasladados a la catedral de Milán, en Italia, para luego ser llevados hasta Colonia, Alemania, donde permanecen hasta la actualidad.
Los Reyes Magos en el Evangelio
El evangelio según Mateo es el único que hace referencia a unos magos (no menciona si eran reyes ni cuántos eran) quienes, tras seguir una supuesta estrella (la llamada estrella de Belén), buscan al “rey de los judíos que ha nacido en Jerusalén”, al que finalmente logran encontrar tras ser guiados por dicho cuerpo celeste.
Otros evangelios apócrifos afirman que los magos tenían algún vínculo familiar y que llegaron con tres legiones de soldados: una de Babilonia, una de Persia y otra de Asia. Interpretaciones posteriores revelaron que los magos fueron originarios de Europa, Asia y África.